Mañanas raras,
tardes más todavía,
un sol que calienta demasiado
y una sombra que llena de frío.
Nuevos compañeros,
buenas amistades
y zumos de piña en los desayunos
a partir del mediodía.
Paseos infinitos,
coincidencias extrañas
y gente que no es
ni la mitad de lo que un día fue.
Ganas de hacer y no hacer nada,
porque al final nunca haces nada...
Días alegres y ajetreados,
relojes que multiplican sus horas y ojos
que no se cierran
frente a pantallas de leds y tela.
Alicia
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